David el tamboritero con la tradición del Mariquelo

El tamboritero maragato David Andrés acompañará al Mariquelo en su escalada a la torre de la catedral Salmantina.

Mañana día 31 de octubre el tamboritero maragato David Andrés Fernández acudirá a Salamanca para colaborar con la tradición del Mariquelo que ha mantenido durante 25 años el tamborilero charro Ángel Rufino de Haro. Esta tradición consiste en subir al cupulín, la parte más alta de la Catedral Nueva de Salamanca, para hacer tañir una campana a la que solo se tiene acceso desde el exterior de la torre. La tradición tiene su origen en el año 1755 cuando el terremoto de Lisboa sacudió la tierra. Los salmantinos acudieron a refugiarse en la catedral que resistió el temblor aunque, como la catedral de Astorga, con daños. Uno de los efectos  del fenómeno en la Catedral Nueva de Salamanca fue la inclinación su torre. Desde entonces se estableció que todas las vísperas del día de Todos los Santos subiese alguien para tocar las campanas, incluso la más alta y exterior como acción de gracias al Señor por evitar mayores catástrofes y rogar pora que no sucediese nuevamente. Al mismo tiempo, el encargado de cumplir con tal misión, debía trepar al pináculo con el fin de medir la inclinación la torre de año en año. Los  encargados de llevar a cabo tal misión era una familia que vivía en la misma catedral y apodaba como los Mariquelos. En el año 1976 el último descendiente de la familia cumplió con la tradición que no fue recuperada hasta 1985 en que el tamborilero Ángel Rufino de Haro, el Mariquelo, tañó la última campana y tocó su gaita charra y su tamboril en lo más alto de la catedral, desde la veleta. Este año el Mariquelo repetirá y estará acompañado por el tamboritero maragato hasta el momento en que inicie su ascensión en solitario hasta lo más alto de la catedral.

El Faro Astorgano | 30/10/2012

Música maragata a 110 metros

El joven tamboritero leonés David Andrés acompañará este año a Ángel Rufino, ‘El Mariquelo’ en su clásica ascensión a la torre de la catedral charra

En 1755, y ante el pavoroso terremoto de Lisboa que causaría centenares de miles de muertos en media Península e incluso en África, los salmantinos, presas del pánico, corrieron a refugiarse en el interior de la catedral. El monumento resistió —aunque la torre adquirió una ligera inclinación desde entonces— y por ello se estableció la costumbre de que cada víspera de Todos los Santos alguien debía subir a tocar las campanas como acción de gracias pero también trepar hasta el último pináculo con el fin de comprobar el estado de la inclinación.

La costumbre se hizo ley en manos de una familia que vivía en la misma Catedral Nueva, apodados los Mariquelos, custodios del buen estado del templo, aunque en los años setenta quedó interrumpida. En 1985, uno de los más populares tamborileros de la provincia, Ángel Rufino de Haro, recuperó la tradición convirtiéndola en todo un espectáculo que es seguido cada año por numeroso público: no sólo asciende hasta lo más alto del monumento sino que hace una disertación e incluso toca a 110 metros de altura. Este año, y como novedad, Rufino de Haro llevará consigo —al menos hasta la balaustrada— a un joven músico leonés, el astorgano David Andrés, que subirá ataviado de maragato y con sus inseparables instrumentos, invitado por el propio Mariquelo.

Y es que aunque allí se le llame gaita charra y tamboril, y aquí chifla y tamborín (el músico es el tamborilero, y aquí, el tamboritero), en realidad este dúo de instrumentos es el mismo en ambas provincias y el más característico del área cultural abarcada por el viejo reino, pues se tañe en León, Zamora, Salamanca, áreas de Cáceres e incluso llega a Huelva.

David Andrés, que tocado con numerosos grupos y ha sido profesor de la Escuela de Formación Tradicional de León (ahora el Ayuntamiento ha eliminado esta disciplina y las de gaita, rabel, acordeón… a causa de la crisis, como denuncia), se mostraba ayer orgulloso de acompañar al Mariquelo el próximo 31 de octubre, cuando también él tocará algunas piezas del repertorio leonés por ejemplo La alborada maragata. Entonces tendrá, como dice siempre el indómito Ángel Rufino de Haro, «como límite, el cielo».

Diario de León | Emilio Gancedo | 26/10/2012